RAMONA
Ramona es una mujer de 46 años, que dice tener 26 y pintora ser. Cuando va a hacer un nuevo cuadro se pone su sombrero negro, bueno es más como una boina. Desde pequeña ha tenido un tic en la mano derecha y aunque es diestra, pinta con la izquierda. Curioso es cuando pintora es porque su tic se hace aquí enorme. Cuando es normal, o mejor dicho es Ramona, este movimiento desaparece. Hace unos días les contó a los más grandes del lugar sobre su trabajo de azafata. Contó que interesante era, pero por quedar embarazada tuvo que suspenderlo, ya que gemelos había tenido y cualquier otra tarea, además de ser madre y padre, le resultaba muy complicada.
Su preocupación más grande, que no me es extraña, son sus hijos ya que desde hace tiempo, dice ha vivido encerrada y no puede verlos más. Ni siquiera ellos la visitan, dice pues que abandonada está. Por eso ahora es pintora, para que algún día sus hijos la reconozcan por sus cuadros, ya que todos los dedica a ellos. Sin embargo, dice no tener más espacio donde guardar sus cuadros, porque en el cuarto blanco en el que se encuentra viviendo es muy chico e incomodo.
¡Pobre Ramona!, el doctor dice que registros de familia no tiene y que sus cuadros imaginarios son, pero por su bien le permiten creer todo lo que dice tener. Buena terapia para ella es y para los médicos nueva investigación será.
Ramona es una mujer de 46 años, que dice tener 26 y pintora ser. Cuando va a hacer un nuevo cuadro se pone su sombrero negro, bueno es más como una boina. Desde pequeña ha tenido un tic en la mano derecha y aunque es diestra, pinta con la izquierda. Curioso es cuando pintora es porque su tic se hace aquí enorme. Cuando es normal, o mejor dicho es Ramona, este movimiento desaparece. Hace unos días les contó a los más grandes del lugar sobre su trabajo de azafata. Contó que interesante era, pero por quedar embarazada tuvo que suspenderlo, ya que gemelos había tenido y cualquier otra tarea, además de ser madre y padre, le resultaba muy complicada.
Su preocupación más grande, que no me es extraña, son sus hijos ya que desde hace tiempo, dice ha vivido encerrada y no puede verlos más. Ni siquiera ellos la visitan, dice pues que abandonada está. Por eso ahora es pintora, para que algún día sus hijos la reconozcan por sus cuadros, ya que todos los dedica a ellos. Sin embargo, dice no tener más espacio donde guardar sus cuadros, porque en el cuarto blanco en el que se encuentra viviendo es muy chico e incomodo.
¡Pobre Ramona!, el doctor dice que registros de familia no tiene y que sus cuadros imaginarios son, pero por su bien le permiten creer todo lo que dice tener. Buena terapia para ella es y para los médicos nueva investigación será.
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